Jesús Portilla

La importancia del branding en el nuevo ecosistema digital

La importancia del branding

Uno de los principales retos de nuestras empresas es construir y mantener relaciones de confianza con nuestros clientes:  transformar a los potenciales clientes en clientes reales y con el tiempo, en «brand lovers». Para conseguirlo, el primer paso es desarrollar e implementar una estrategia de branding, conociendo y escuchando a nuestro público objetivo y creando una propuesta de valor que forme parte del ADN de nuestra marca. Estamos ante un nuevo escenario con un perfil de cliente cada vez más digital y aún más tras la erupción de la pandemia en nuestras vidas:

  • La sociedad está cambiando, cada vez somos más digitales,  por ello tu empresa debe aprender a ser flexible y adaptarse al cambio.
  • Inmediatez. Los procesos de compra son cada vez más rápidos y las noticias y novedades se expanden en tiempo real por las redes.  Todo se consigue a golpe de un click.
  • “Infoxicación”:  demasiada información en la red al alcance de la gran mayoría de consumidores. Hay una necesidad de filtrar la información y por lo tanto más “ruido” entre nuestra marca y nuestro target.
  • Aumento de la competencia y necesidad de buscar nichos de mercado muy específicos para destacar entre tanta oferta (Unique Selling Proposition).
  • Nuevo concepto de “Prosumidor”:  es una persona proactiva, digital, empoderada, le gusta estar informada y compartir sus experiencias de compra. Busca todo en la red (desde cualquier dispositivo y desde cualquier ubicación) y por lo tanto debes ponérselo fácil para que pueda encontrar tu marca y tus productos o servicios.

La mayoría de estos retos nos presentan oportunidades para poder desarrollar nuevas ideas y mejoras.  Para ello debes desarrollar estrategias de branding que permitan a tu marca atraer, generar y desarrollar vínculos con tu público objetivo.

El branding es un proceso que comienza mucho antes de la venta y que ni mucho menos termina con ella, por ello es imprescindible si queremos atraer nuevos clientes y fidelizar a los que ya tenemos.   Cada acción, cada mensaje, cada creatividad, etc. proyectará una imagen de nuestra empresa.

Con una metáfora podríamos decir que el marketing es el perfume y el branding es el aroma que deja, la esencia de tu marca, algo único e inherente a la personalidad de tu marca.

Identidad de Marca vs Imagen de Marca

Es importante tener clara la diferencia entre la Identidad de Marca (lo que somos como empresa, nuestros valores, atributos, propuesta de valor, etc.) y la Imagen de Marca (cómo nos ven).   Por ello, debemos trabajar en la percepción del público objetivo, teniendo en cuenta que controlamos únicamente una parte de nuestra reputación online y el resto está en manos de nuestra comunidad.

Podemos definir la Identidad de Marca como el conjunto de elementos característicos que construyen una marca, aportando un valor único, diferenciándose del resto de marcas de la competencia y creando una conexión singular con nuestros clientes.

Por tanto, estos elementos son los que podemos crear y gestionar, pudiendo ser visuales, emocionales, de personalidad, posicionamiento… La identidad de marca es, en definitiva, lo que somos.

Por otro lado, la Imagen de Marca es la percepción que tienen los consumidores, clientes potenciales y no clientes de una marca concreta, así como todas aquellas reacciones que provoca la marca en sus interacciones.

La creatividad, las historias que se crean alrededor de nuestros productos y servicios, el marketing online /offline, el servicio al cliente, la forma y el tono de comunicación son “intangibles” que forman parte de esa imagen de marca. La imagen de marca es, en definitiva, lo que piensan de nosotros.

El branding nos permite alinear nuestra Identidad de Marca con nuestra Imagen de Marca.

Para ello debemos tener muy clara la estrategia a seguir, así como los mensajes que queremos transmitir en cada uno de nuestros canales online (página web, landing de campañas, perfiles en redes sociales, email marketing, blog, etc.),  trabajando de forma paralela en el offsite y en el onsite (oficinas, instalaciones, experiencia cliente en el punto de venta, etc.)   

Todo ello enmarcado dentro del concepto de la omnicanalidad y con una coherencia en la estrategia de comunicación que permita reforzar tu branding, preferiblemente contando con el apoyo de profesionales que pueden ayudarte a diseñar, desarrollar e implementar tu estrategia de branding.

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